Artesanas presentan mascarillas con diseños amazónicos
- contrasteusmp20
- 20 ago 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 21 ago 2020
La comunidad indígena shipibo-konibo se hace presente en la capital a través de su colección de cubrebocas, las cuales promueven identidad cultural.

Foto: MML
La utópica idea de un entorno en la que mascarillas evitan el contagio en medio de una pandemia, es real desde principios del 2020. Estos dispositivos que, por cierto, tienen más de 100 años de existencia, son parte imprescindible del look actual de ciudadanos de todo el mundo para protegerse del nuevo coronavirus y proteger al resto. Al menos en Perú, las convencionales son una de las decenas de variedades en textura, color y nivel de protección que existen en el mercado.
Sin embargo, este accesorio que es parte de la nueva normalidad puede (además de proteger) transmitir parte de la diversidad cultural que caracteriza al país. Uno de los proyectos apoyados por la Municipalidad Metropolitana de Lima (MML) es el de las mujeres artesanas del colectivo shipibo-konibo de Cantagallo (Rímac), quienes fabrican mascarillas temáticas, las cuales están elaboradas con todos los requisitos establecidos por el Minsa.

Foto: MML
Los shipibo-konibo son considerados como la primera comunidad nativa urbana en el Perú, pues llegaron desde Ucayali a la capital entre los años 1990 y 2000. Desde entonces, luchan para mantener sus conocimientos indígenas y trascender con este a través de la enseñanza del idioma nativo, el arte y otras prácticas culturales.
Hasta la fecha, las 47 artesanas han fabricado alrededor de 240 mascarillas. Este trabajo va de la mano junto al artista plástico Antonio Jara, quien contribuye con los diseños. Además, con la intención de ser ecoamigables, estas cubrebocas cuentan con 3 capas de tela y son pintadas con tintes naturales.
Wilma Maynas Inuma, es una de las artesanas de la comunidad. Su nombre en shipibo es Pekun Runa que significa “mujer creativa”, descripción precisa para una de las madres shipibo que lidera este proyecto. Además, ha sido premiada como Personalidad Meritoria de la Cultura, reconocimiento a los personajes que promueven el amor y dedicación por lo nuestro.
La mística que envuelve el proceso de elaboración por cada mascarilla es interesante. Las artesanas traen de la selva los materiales principales: la corteza de caoba, el barro de la laguna y semillas que son procesadas para obtener tintes naturales o bendecir el trabajo. Cuando inician el diseño, generalmente, no lo marcan con reglas o lápices, sino que van bordando “a pulso, no más”, como afirma Maynas. Con los hilos van creando formas gruesas que representan el bosque; y los más delgados, son las orillas del río. Respecto a las formas geométricas más pequeñas, simbolizan los peces; y el relleno con colores, encarna a las aves.

Foto: EFE
El kewé es el diseño bordado en cada tapaboca, mientras que el kené es el diseño ya pintado. Como no es un proceso industrial, cada una de estas dos técnicas es irrepetible por producto y las shipibas tardan aproximadamente una semana y media en culminar.
Asimismo, los diseños presentados por Antonio Jara como aves, mariposas u otros animales característicos de la selva, también son bordados en cada uno de ellos.
Por otra parte, los ícaros son indispensables en la producción. Son melodías coreadas sin un límite de tiempo para sanación, hacer bromas, para los chamanes o para el canto. De acuerdo a esta última categoría, las artesanas concentran su energía e ideas en los bordados y el pintado.
“Es mágico, nosotros pintamos con barro de la laguna. Cocinamos diferentes tipos de corteza y el líquido nos sirve para pintar la tela. Mientras hacemos esto, nos ponemos a cantar ícaros”, explica Wilma, un poco emocionada antes de tararear una de estas melodías.
El siguiente paso después de pintar los últimos detalles, es bañar cada cubreboca en agua especial de la laguna selvática para que los colores se impregnen y el producto sea totalmente bendecido antes de la venta.
Las mascarillas se comercializan a 40 soles mediante la cuenta de Facebook Cantagallo Renace Artesanía. Clic aquí para visitar el sitio.
A través de estos productos se transmite la energía positiva, la cual es inspirada en el colectivo shipibo- konibo. El mensaje entre líneas es la preservación de la identidad cultural y la trascendencia de una de las 9 mil comunidades nativas y campesinas que existen en Perú.
Mira el siguiente video para más información.
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